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Relatos

Sam

Me llamo Marina, tengo 35 años, morena y mido 1,60cm, podría decir lo típico en todos las novelas que tengo un cuerpo de infarto y que tengo los ojos claros, pero no, mis ojos son marrones y tengo curvas, claro que tengo curvas, pero cuando llegaron a mi cadera/culo se quedaron sin imaginación y lo dejaron todo de barriga para arriba, jajaja….
Os voy a hablar de Sam, el es alto, moreno y sí, tiene los ojos verdes, unos ojos en los que te perderías una y mil veces….

Llevo todo el día hablando con él, no sé qué me ocurre, pero hace que se me instale una sonrisa en la cara….
Hemos quedado para tomar un café, dice que me recoge que me quiere llevar a un sitio especial…. Jajaja…. Con lo que nos conocemos creo que ya se dónde es….
Uy, las 16h, recibo una perdida, ya está abajo, madrecitalindaquenerviosss… No se qué pasa que se me instalan unas pequeñas cosquillas en mi estómago…. No lo entiendo, hace mucho que no nos vemos, pero no creo que sea para tanto…
Ahí está con su coche, la verdad es que sigue igual que lo recordé pero más adulto y con más experiencia en su vida.
Sigue teniendo esos ojos con los que hiciera que me perdiera en mis más tórridos pensamientos…
Nos damos dos besos y me abre la puerta del coche, sigue siendo tan caballeroso como siempre, pero veo una chispa en sus ojos que no sabría descifrar.
– Bueno y a dónde me vas llevar????- le pregunto con una sonrisa en mi cara que desde que salí del ascensor de mi casa no logro quitármela de mi cara..
-Pues….tengo tres planes -me mira sin querer el escote y en una simple milésima sé que se le acaban de pasar miles de escenas por su mente, me lo dice su sonrisa- todo depende de ti, cielo- dice con una sonrisa en su boca perfecta.
– Dispara – e inconscientemente me muerdo el labio inferior por los nervios.
– Me dijiste que querías, sol, playa y yo, así que pensé en esto. Plan A, te llevo al sky bar para que vuelvas a ver las vistas maravillosas que tiene este pueblo conmigo. Plan B, te llevo a una cala donde podremos descalzarnos y poder estar hablando y llevo zumos, jajaja – eso último hace que suelte una carcajada que se me quiten todos los nervios que tenía de un plumazo-  Yyyyy plan C, que es todo lo contrario a eso, ir a mi casa más tranquilos sin que nadie nos moleste y poder hablar de todo y ponernos al día de todo…
– Ummmmm pues con el buen día que hace eligiré la B, si no te importa claro….
– Excelente elección, yo no habría elegido mejor opción – me dijo con una sonrisa muy amplia en su boca.
Siguió conduciendo en dirección a Cala Paloma pero por el camino hizo una llamada.
– ¿Estás? Ok pues dame 5 minutos, vale, ahora nos vemos – no supe descifrar la cara que puso en ese momento y como no entendía esa llamada y viendo que solo conducía y no hablaba, no aguanté más y le dije.
– Sam, si has quedado con alguien podemos vernos más tarde o en otro momento, no me importa de verdad.
A lo que él soltó una gran carcajada y con los ojos más verdes que nunca y una sonrisa en su cara dijo – no pequeña, a ti ya no te dejo escapar hoy – esa frase hizo que sintiera unas pequeñas cosquillas en mi sexo.
Llegamos a Cala Paloma, menos mal que  llevaba unas Converse y podía andar bien por las piedras de esa cala….
Pensaba que nos íbamos a parar en la orilla pero seguimos por el pequeño sendero de piedras y tierra hasta que vimos  una pequeña lancha acercarse.
Era Miguel, un amigo suyo de la pandilla, el que la conducía, atracó el barco junto a unas grandes piedras y lo amarró, salió del barco-lancha (nunca he sabido distinguir entre barcos y lanchas) y se saludaron, ya no me acordaba lo alto que era Miguel, se acercó y me saludo con dos besos, menos mal que se agachó, si no se los tendría que haber dado en los pectorales.
Vi como Miguel le dió unas llaves y sam les daba las de su coche y nos despedimos de él y me ayudó a subir, menos mal que la falda vaquera se me ceñía bien y no me dió problemas al subir.
Nos adentramos en el mar, yo si soy sincera estaba cagada perdida, en cambio, Sam estaba como pez en el agua. Cuando llegamos cerca de un acantilado precioso y con unas aguas cristalinas que se veía todo lo que había debajo paró el motor y echó algo  y cuando le pregunté, me dijo que era el ancla para que si se levantaba oleaje no se moviera el barco de aquí.
De una mini nevera sacó un par de refrescos, él cogió una Coca-Cola y yo un fanta de naranja. El barco parecía pequeño pero no lo era, podías estar de pie perfectamente y no moverse mucho, vamos que era estable y sabía que si me movía algo no iba a volcar y pude poco a poco relajarme más.
El sol que hacía calentaba pero no lo suficiente como para darte un baño (primero porque el agua tendría que estar congelada y segundo que no llevaba biquini y pasaba de pillar un resfriado) y creo que tal y como me miró, creo que me leyó la mente porque me dijo que otro día me llevaría a otra cala más bonita y bañarnos allí.
Mientras tanto bebía de mi lata cuando me entró la risa y me atraganté o como se dice en mi pueblo que se me fué por el otro lao.
Me dió por toser y me mojé toda la barbilla, cuello y el pecho de Fanta, si es que cuando soy torpe no me gana nadie. Sam sacó papel de no se dónde, porque yo estaba intentando dejar de ahogarme y me ayudó a limpiarme, la barbilla, el cuello….
Se acercó un poco más a mí y me dice en el oído – ¿sabes que hueles a naranja? ¿Sabrás igual de bien que hueles? – me puse roja como un tomate y bajé la cabeza, él me cogió con un par de dedos la barbilla y me dijo – cielo, ¿ a estas alturas te sigues poniendo colorada?-.
Asentí con las cara aún entre sus dedos y oí como decía muy bajito – a ver si sabes igual que hueles…..-
Poco a poco fue acercando su boca a la mía, sin parar de mirarme a los ojos. Lavirgensantayelcamióndelafanta, ¿Cómo podía semejante Dios tenerme tan hipnotizada? Aún no me entra en la cabeza como puede producir ese efecto en mí.
Primero me dio un beso en la comisura, otro en mis labios, ese solo fue un casto beso, pero lo suficiente para que empezase a ponerme nerviosa.  Volví a bajar la mirada y me mordí el labio inferior, me volvió a levantar la cabeza diciéndome: – la próxima vez que te vea bajar la cabeza y morderte así el labio no respondo de mis actos – lo dijo con esa sonrisa que hiciera que me quedara sin respiración.
Al levantarme la cabeza aprovechó para darme pequeños besos por el cuello, en uno de ellos pasó la lengua ya que aún quedaban gotas de Fanta. Mi respiración empezó a ser más rápida, en cambio, él cada vez iba más lento, lo único que estaba  haciendo era que tanto mis muslos como mi sexo comenzarán a despertarse y despertarse significa a mojar mi tanga.
Puso una mano en cada parte de mi cintura y de un movimiento me puso encima suya a horcajadas, donde encajábamos a la perfección.
Ahí noté como mi falda no aguantó más y se subió hasta parecer un cinturón sobre mi cintura, donde dejó todo mi culo al aire.
Oímos un ruido de motor pero no le hicimos caso, nosotros estábamos en otro sitio paralelo, como en una nube donde nadie podía vernos ni oírnos.
Siguió besándome la clavícula y poco a poco fue bajando hasta mi escote, donde metió la lengua entre mis pechos.
Con una mano iba masajeando mi culo y haciéndome que me meciera y que me rozara cada vez más con su pene que estaba ya más que despierto, yo me notaba  super mojada, demasiado creo yo.
Con la otra mano, sacó un pecho de mi sujetador y mi camiseta, lo atrapó, noté como lo chupaba, lamía, succionaba y mordía, involuntariamente salió un gemido de mi boca y ese fue el disparo de salida, una salida hacia el abismo.
Dejó de tocarme el culo con su mano izquierda para repetir lo que su mano derecha había hecho… No parábamos de besarnos y cada vez hacia menos fuerza en mecerme porque yo ya había cogido el ritmo sola, así que se centró en cogerme con las dos manos los pechos e intentar meterse los dos a la vez y así estaba cuando no chupaba uno, mordía el otro.
Miré hacia abajo y vi como asomaba su pene por la cinturilla del pantalón. Ahí estaba su pene, mirándome y con alguna gota de su excitación saliendo. Haciéndome saber que estaba lista para que la saborease, puse un dedo sobre su glande, atrapé esa gota y me la metí en la boca, mientras tanto Sam me miraba con los ojos muy abiertos y sus pupilas dilatadas y ahí supe que quería que fuera mi turno.
Me levanté de encima de él que seguía sentado y me senté de rodillas, cogí la cinturilla de sus pantalones y pegué un tirón, suerte que eran de botones y me facilitaron la apertura, bajé su boxer negro, ummmm marca Versace que le quedaban de muerte, lo justo para que pudiera sacarla y verla.
La cogí con mi mano y sin pensármelo lamí otra gota que había salido, Sam no aguantó y su respiración empezó a acelerarse y tiró su cabeza hacia atrás cerrando los ojos, giró la cabeza hacia la izquierda y abrió los ojos, cuando los abrió hizo una cara de sorpresa pero rápidamente me miró e hizo un leve gesto donde sabía que quería que continuase.
La apreté algo más fuerte y me la metí entera en la boca pero tuve que sacarla ya que creo que era demasiado grande como para metérmela en la boca, así que seguí chupando, lamiéndosela y alternando con sus huevos, cada vez iba más rápido e incluso le insté a que me cogiera de la cabeza para que él pusiera el ritmo, se que a los tíos le gusta y no iba a negar que a mí también.
El sentir por un momento que te dominan, no tiene precio, ya que dominar no significa que te tengan como una esclava, bajo mi punto de vista.
Me levantó y de un tirón me quitó la camiseta y me desabrochó el sujetador, después volvió a ponerse de rodillas y me bajo la falda, olió mi sexo a través de mi tanga y lo arrancó de un tirón seco.
– ¿Pero se puede saber qué haces? – Le dije con la voz bastante elevada, a lo que me contestó – no las vas a necesitar, además prefiero regalarte yo la ropa interior me gusta más la línea de victoria secret’s que las de tezenis.
– Claro, pero comprándome una de Victoria secret’s tengo para comprarme 10 de tezenis y tal cómo está ahora mi economía no podría permitírmelo – dije en un tono triste, recordando que con el divorcio el tener que atender a dos niños y mi sueldo de cajera no me permitía muchos caprichos últimamente. Involuntariamente bajé la cabeza al decirlo y me mordí el labio.
– Pequeña, te he dicho que si te volvía a ver haciendo esto no respondería de mis actos – dijo levantándome la cabeza con una mano mientras con la otra iba desabrochándose la camisa.
Me levantó los brazos y me las ató con su camisa a la barra que tenía encima donde estaba el toldo que nos cubría del sol.
Empecé a ponerme nerviosa y me entró la risa.
¿Me vas a castigar?- lo dije incrédula ya que no me creía que llegase a ser una persona tan oscura.
– Cielo, ya te dije que no respondería de mis actos – lo dijo con esa sonrisa en la boca que desde que me monté en el coche aún no se le había quitado, como a mí.
Me tapó los ojos con algo, quizás un antifaz o mi camiseta, no sabia que es ya que no podía bajar mis manos ni tocarlo, me las había atado bien.
Me puso unos auriculares con música supongo que sería una lista de música para follar de Spotify, jajaja, porque era música muy sensual, en una de esas canciones reconocí mi canción favorita NO ORDINARY LOVE de SADE. Y me dejé llevar moviendo mi cuerpo y contoneándose lentamente por la canción que hacía que perdiese la poca cordura que me quedaba.
I keep crying
I keep trying for you
There’s nothing like you and I baby
This is no ordinary love
No ordinary love
This is no ordinary love
No ordinary love
Noté como se balanceó la barca y para poder escucharme medio grité si estaba bien y me lo hizo saber besándome y tocando mi cuerpo.
Se alejó y sentí la brisa como acariciaba mi cuerpo desnudo y atado a merced de él.
Unas manos se posaron en mi cintura, parecían diferentes, quizás fue una suposición mia.
Su boca volvió a jugar con uno de mis pezones, pero parecía otra boca, otra lengua. Con la otra mano bajó por mi cintura hasta llegar a mi cadera y fue ralentizando sus movimientos subiendo por la parte interior de mis muslos, uno de sus dedos empezó a abrirse paso a través de mis labios buscando mi clítoris.
Yo solo oía música y notaba como salían gemidos de mi boca.
Un casto beso en mi tatuaje de la nuca junto con una mano en mi pecho y la otra en mi cadera hizo que me pusiera rígida.
Mi cabeza empezó a ir a mil por hora y até cabos, alguien se había apuntado, ¿Pero quien?
Solo podía hacer dos cosas, dejarme llevar o parar todo esto y que me llevase a casa.
Durante no se cuánto tiempo me quedé en un estado de que no podía moverme, pero mi cabeza era la que pensaba que podía hacer.
Otro beso en mi tatuaje y un mordisco en él y caí, no pude hacer nada, sabía que mi tatuaje era mi punto debil, un simple mordisco y estaba a su merced y así fue.
Noté como esos dedos que antes se frotaban contra mi clítoris estaban entrando por mi coño y la lengua pasó a tocarlo, lo tenía hinchado, la excitación que tenía era máxima, tocada por dos hombres, uno sabía quién era pero el otro era un completo desconocido que supo como hacerme gozar.
Noté las manos de Sam como bajaban por mi espalda y me abría las piernas, un dedo empezó a rozarse por mi culo…
Plas….. (Noté un fuerte azote en mi nalga derecha) plasss…. (Otra en mi nalga izquierda). Notaba que no me quejaba sino que gemía más fuerte.
El desconocido por un momento dejó de tocarme y se que se alejó de mí por como mi cuerpo notaba la brisa marina.
Sam me cogió de las caderas e hizo que me pusiera un poco más en pompa, tocó mi coño y al notarlo bastante húmedo me metió su verga de golpe, pegué un chillido pero no por el dolor, sino porque no me lo esperaba y también por la excitación.
1,2,3,4…… No paraba de bombearme fuerte, de repente paró, me quitó uno de los auriculares y me dijo con su voz ronca producto de lo que estaba ocurriendo en ese momento, – cielo ¿estas bien?- asentí, no podía hablar solo quería seguir sintiéndola dentro de mí.
– ¿Te ha gustado la sorpresa de invitar a alguien más o prefieres que no te toque???
– ¿Quién es? No quiero nada de fotos ni nada de eso – ahí fue en el único momento que me puse seria.
– No pequeña, te aseguro que él tiene más que perder que tú…..
– ¿Pero quién es? – volví a preguntar intentando rozarme con su entrepierna, pero no obtuve contestación, me volvió a poner el auricular y ya no le sentí detrás de mí. Noté como me cogían en brazos y me ponían las piernas en su cintura, sabía que era él, era Sam, lo supe nada más tocarlo ya que tanto por su olor, como por el poco bello que tenía en su pecho rozando con el mío.
Alguien por detrás me separó bien las nalgas, me sobresalté no por cómo me las separó, sino porque no me esperaba que el otro siguiera por aquí. Sentí como hundía su nariz entre ellas para seguirla con su lengua, su corta barba o perilla me hacía cosquillas y me dió la risa.
– ¿De que te ríes pequeñaja mía? – me preguntó quitándome el auricular.
– Pues que tú amigo, el sin nombre, me está haciendo cosquillas con su barba/perilla, jajajaaaa – esa última vocal se quedó suspendida debido a como Sam me la metió de un estocazo, me gustó pero estaba bastante sensible.
Supuse que ellos habrían hecho ya algún trio por lo bien coordinados que estaban, así que como yo era inexperta en esto y todo era nuevo para mi, solo podía hacer una cosa, que era, disfrutar y dejarme llevar…..

5 Comentarios

  • vidtei

    Decirte que me has dejado sin palabras es poco, talento te sobra, has conseguido que sienta el aliento de Sam, que sienta el calor que desprenden…has conseguido transportarme a su lado. Cada relato tuyo es una mezcla de excitación, de deseo, de querer seguir leyendo más, de ansiedad por leer el siguiente. Increíble es la palabra que más se acerca a como definirlo.

  • Vagahbundo

    Me encanta como describes el jeugo, el morbo, la seducción, lo que ella piensa y como se siente…. Y por supuesto el juego en el que entra. Atada, sin poder ver que le pasaba, como se deja llevar.
    Espero que hagas una segunda parte donde podamos leer cmo sigue la historia…
    ¡Ojalá algún día encontrar una Marina con la que poder cumlir esos sueños!

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